Llamo, intercambiamos unas palabras y te deseo.
Cuelgo y te sigo deseando.
Más y más.
Minutos antes estaba tranquilo.
Y a partir de ahora no lo estaré,
hasta que venza
... y luego hasta que olvide.
Y así te olvidaré.
martes, 9 de septiembre de 2008
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