Crónica de cómo un Sábado de Gloria se transformó en un cansancio pascual y cómo una Crónica sobre un Sábado de Gloria que se transformó en un cansancio pascual de hecho se transformó a su vez en un Querido Diario
El día comienza para el Hombre Este hasta las 8:58 AM porque a las siete apagó el despertador. Minutos más tarde, con todo el pesar del mundo, decide meterse a bañar, pero recuerda que debe poner la lavadora con las dos camisas que planchó el día anterior y que descubrió que tenían sendas máculas. Vestido como estaba, o sea, en pelotas, el Hombre Este desmancha las dos camisas y las echa a lavar, después inicia su ducha, se lava el cabello con champú contra la calvicie, y se asea el cuerpo con jabón neutro, por su curiosa repugnancia a los olores de los jabones y las cremas. Después de vestirse desayuna cereal de avena, cuelga las dos camisas recién lavadas, pone una segunda carga de ropa, baja por el periódico, lo lee, la lavadora lo llama, prepara la ropa para subir a tenderla, cuelga las camisas en ganchos, y va separando los calcetines por pares, para que una vez que llegue a la azotea los pueda acomodar de la misma manera, como hace, tras haber colocado los ganchos sobre las cuerdas de plástico, y el Hombre Este se sigue entonces con los calzoncillos, se cerciora de que cada prenda esté protegida por una pinza y baja rápidamente a preparar su salida, según lo que había programado desde el día anterior, una caminata por Paseo de la Reforma, acompañado de un libro y algunas hojas reciclables, con la idea fundamental de hacer anotaciones para su siguiente novela, y sobre todo resolver los problemas que está generando su obstinación por crear un personaje sombra que no ayude en nada a la historia principal, pero refuerce el sentido y el título de la obra, Sombras nada más.
El Hombre Este baja las escaleras, camina hacia el metro Aculco y una vez que aborda el tren se sienta, lee de manera poco concentrada porque las historias son aburridas, y piensa, Qué buenas novelas escribe Saramago, porque sus cuentos no tienen nada de interesantes. Al llegar a la estación Bellas Artes se apea del tren, busca la salida más próxima a la Alameda y empieza su andar hacia Paseo de la Reforma, no sin antes observar a vendedores ambulantes, cruzar Juárez, escuchar el ruido ensordecedor del radio barato de un vendedor que se encuentra en una calle aledaña, observa uno de esos letreros que dicen Su nombre en un grano de arroz, piensa que el dueño de ese puesto es un perfecto haragán, porque pocos clientes recibirá durante el día pero el indolente siempre los considerará mejores que buscar trabajo fijo. El Hombre Este reflexiona acerca del ambulantaje, en vez de centrarse en su novela, hasta que llega a la manta que reproduce un famoso mural de Diego Rivera, Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, que alguna vez estuvo en uno de los edificios más dañados por el terremoto de 1985, y se sienta enfrente a hacer anotaciones sobre lo que acaba de ver y que pudiera incluir como escenario de algún capítulo de Sombras nada más, luego se para y sigue caminando, llega a Reforma y toma este paseo en dirección a Chapultepec, siempre sobre la acera sur, hasta que cruza Insurgentes, donde los camellones de las laterales se vuelven más anchos, entonces atraviesa y busca dónde sentarse, lo hace frente a la Bolsa Mexicana de Valores, admira la ciudad vacía, hace más anotaciones y llega a una conclusión fundamental, El personaje sombra será un taxista que participará en un hecho clave en la novela, ahora lo que falta es resolver dos problemas, el grado de involucramiento del taxista en el hecho, y qué hacer con él después de esto. El Hombre Este reflexiona y concluye, Si el taxista será un personaje sombra, sin rostro, sólo con pensamientos y narraciones mezcladas en primera y segunda personas, simbolizando el bien y el mal, entonces es necesario dejar una ambigüedad total, para que el lector se quede con la misma duda que tiene el autor en esos momentos. Pero el segundo problema sigue en pie, así que el Hombre Este se levanta y camina unos metros, cruza Niza, decide matar al taxista y anota, El taxista debe morir en un hecho violento, y entonces se introduce por algunas calles de la Zona Rosa, Copenhague, Hamburgo, Niza, Oslo, donde descubre un café turco, regresa por Copenhague a Reforma, camina hacia el Ángel de la Independencia, y nuevamente busca dónde sentarse, encuentra una banca con respaldo desocupada frente a la embajada gringa y lee a Saramago un rato, luego voltea para todos lados, nota que en la sede diplomática está la manifestación más pequeña que ha visto en su vida, ocho personas, se acerca y confirma lo que estaba pensando, protestan por los ataques a Yugoslavia, comienza a leer las pancartas y una de las manifestantes lo mira con cierta simpatía, el Hombre Este la ve, sonríe y sigue caminando, luego reflexiona sobre la guerra de Kosovo y Yugoslavia y concluye que no hay a quién irle porque Milosevic es un maldito nazi, y porque los gringos se creen dueños del mundo, no obstante, su afinidad con los movimientos independentistas lo hace desear que la OTAN mate a Milosevic y que el mundo reconozca a Kosovo, luego cruza Reforma y regresa a la Zona Rosa, donde peina todas las calles, Génova, Hamburgo, Amberes, Estocolmo, Berna, Varsovia, Londres, Praga y vuelve a Reforma a leer un rato, hasta que el hambre lo vence, camina hacia Génova y entra en Burger King, come, sale y anda hacia el café de Oslo, donde pide un turco y una lectura de tarot, toma su café y aguarda unos minutos a que lo atienda una pitonisa, durante la espera suena en el radio la canción Sombras nada más, y el Hombre Este considera el hecho como un buen signo de lo que dirá la cartomántica.
Lo primero que hace la gitana es pedirle que parta la baraja en tres, Por mí, por mi casa, por mi futuro, por mí, por mi casa, por mi porvenir, lo hace repetir, luego le pide la mano izquierda y le anticipa 90 años de vida, le recuerda que en el pasado hubo dos amores muy importantes, y el Hombre Este piensa en la chaparrita buenita que lo tenía enculado y en la estúpida pelirroja de la que no se explica por qué se enamoró, luego ella le comenta que ve una boda próxima y tres hijos, de las enfermedades dice que debe cuidarse la garganta, que tendrá problemas de la presión y de la columna, y él sabe que en el último mes le han recetado en dos ocasiones antibióticos y la infección que tiene en la garganta no acaba de ceder, que ha tenido presión alta en las últimas semanas y que desde que era niño sufre de ciertos conflictos con la columna y nunca ha podido sentarse cómodamente. Para terminar con la lectura de la mano, la gitana afirma que hay buenas perspectivas económicas y un cambio de residencia, quizá fuera del país, que es un cambio que el Hombre Este ha buscado, y que saldrá de México, ella pide su opinión, y él responde que hay posibilidades de que se vaya a Guadalajara, ella afirma con seguridad que así será, pero que poco después habrá una salida del país.
En la cartomancia se refuerza lo dicho durante la quiromancia, pero se precisan algunos detalles, Hay una mujer rubia en tu vida, La última fue pelirroja, aclara él, y ella dice que la rubia que aparece en las cartas probablemente sea la pelirroja, entrevé que recién ha habido contactos, lo cual es cierto, y que en el futuro cercano hay una boda con una blanca, pero no rubia, En Guadalajara tal vez, comenta, donde él debe cuidarse de un hombre que tratará de hacerle una felonía, después confirma que la situación económica mejorará entre mayo y junio, y que hay muy buenas oportunidades para emprender negocios, Algo más que quieras saber, pregunta la mujer, Estoy escribiendo una novela, contesta él, La novela te va a dejar dinero, pero te va a costar trabajo, quizá las cartas también se refieran a otras novelas que hayas escrito, tienes que ser muy cuidadoso con respecto a quién se la das, debes entregársela en la mano a la persona correcta, no por correo. Para terminar la sesión, la mujer anota las conclusiones de su análisis en un papel membreteado con los datos del café turco, Tere Soto 3-4-99 Suerte en el amor se encuentra lo que buscas vida tranquila posible cambio de radicación excelentes conocimientos futuro brillante documentos resueltos invitación o celebración tus proyectos se realizan unión familiar reuniones fiestas buenos ingresos, y luego receta, Jabón destrancadera hervir un ramo preparado en 4 litros de agua enjuagarte por 9 días jabón San Martín Caballero jabón Zodiaco alternados, 3 Padres Nuestros 5 Aves Marías, y explica el uso de los jabones y el enjuague con el ramo hervido. El Hombre Este se sorprende, primero por la receta, pero más aún por los rezos, y le pregunta dónde conseguir los jabones, ella dice que en el Mercado Sonora, y que hay que comprar un ramo cada día.
Durante el camino de regreso a su casa, el Hombre Este se mantiene dudando de ir o no al Mercado Sonora a surtir las extrañas recetas, luego se pone a leer tras conseguir un asiento en el vagón de la línea 8, llega a su casa, donde olvida beber agua, sube por la ropa, amarra los calcetines al momento de descolgarlos, acomoda las pinzas por colores, deja la ropa en la sala, duerme una siesta de poco más de una hora, se despierta con mucha sed, toma dos vasos de jamaica, escucha un petardo, mira el reloj, piensa en ir a misa de siete, el cansancio lo hace dudar, otro petardo, y un tercero, concluye que si se queda hará corajes por todos los cohetes que sonarán en los siguientes minutos, así que se dirige hacia el templo de la Unidad Modelo, la Iglesia del Espíritu Santo, y en el coche va escuchando Blues, el programa de Blues termina, llega a la iglesia, nota que está cerrada, decide esperar unos quince minutos por si la misa es a las siete treinta, no sabe realmente. Mientras escucha un extraordinario disco de rock marroquí que transmiten por Radio Universidad abren la iglesia, él se queda en el auto oyendo la música de Natasha Atlas, dan las 7:25 y entra a la parroquia, se sienta, dan las 7:33 y se da cuenta de que la misa empezará hasta las ocho, está tentado a regresar al auto a oír el radio, la gente va llegando, tiene miedo de perder su lugar y por eso no vuelve al vehículo, observa al conjunto musical, la decoración con motivo de la Pascua, dos muchachas vestidas de blanco se acomodan una prenda morada, el cura anuncia el procedimiento inicial, minutos después de las ocho comienza la ceremonia, el micrófono del párroco falla, no se escucha bien la bendición del cirio pascual, luego hay cantos de los diáconos y los feligreses conforme van prendiendo las velas, la iglesia está completamente apagada pero poco a poco se llena de la luz que viene de las candelas, prenden durante unos minutos los focos, anuncian el inicio de la Pascua, las oraciones que ordinariamente se recitan ahora son entonadas imitando cantos gregorianos, las luces se apagan por más de una hora, el tiempo que duran la primera lectura, del Génesis, sobre los siete días de la creación, un salmo responsorial, una intervención cantada del sacerdote, la segunda lectura, también del Génesis, sobre el sacrificio que Abraham iba a hacer de su hijo Isaac para complacer a Dios, otro salmo responsorial, otra intervención cantada del cura, una tercer lectura, del Éxodo, sobre el momento en que el Mar Rojo se abrió para permitir la huida del pueblo judío, otro salmo responsorial, otra intervención cantada del párroco, y una serie de ciclos similares, con lecturas de los libros de Isaac, Isaías, Ezequiel, entre otros, con los feligreses parándose y sentándose, el Hombre Este muerto de sed y cansancio, sorprendido porque no sabía que así fuera la misa de Pascua, pues tenía más de doce años sin celebrarla, el reloj pasaba de las nueve de la noche y el Evangelio no llegaba, las luces apagadas, el calor insoportable, algunas intervenciones del coro con sus más de 25 integrantes, incluyendo uno que tocaba el bajo eléctrico, otro un sintetizador y una morenita que se movía llena de emoción mientras meneaba el pandero, los niños lloraban, el Hombre Este comenzaba a desesperarse, hasta que oyó Lectura del Santo Evangelio según San Mateo, donde se narra la resurrección de Jesucristo, otra vez a prender las velas, y algunas luces se encendieron, con efectos especiales, como de discoteca, un foco verde proyectaba la sombra del crucifijo sobre la pared, y un proyector de diapositivas mostraba un Cristo, el coro cantaba, la morenita bailaba con el pandero, luego vinieron otras oraciones cantadas, desconocidas, y una impresionante serie de plegarias que incluyó buena parte del santoral, y obligaba a los parroquianos a permanecer hincados y a contestar Ruega por nosotros cada vez que al cura se le ocurría mencionar un Santo. Finalmente el sacerdote pidió una plegaria más a los santos y santas que le faltaron y procedió al bautismo de las dos muchachas vestidas de blanco que se habían colocado una prenda morada antes de la ceremonia, y todos los asistentes repitieron Sí renuncios y Sí aceptos antes de que el cura bautizara con nombres raros a las que mencionó como señoritas, y que cuando menos una de ellas no estaba nada mal, según apreció el Hombre Este, puesto que en algún momento pudo verla de cerca. Después la ceremonia tomó un cause relativamente normal, con una gran concurrencia al momento de la Eucaristía, que también fue la Primera Comunión de las bautizadas, y el Hombre Este pudo salir del templo dos horas y media después de iniciada la ceremonia, o tres horas después de que se acomodó al interior de la iglesia, o tres horas y media después de que llegó a ella. Manejó hacia su casa rápidamente, llegó, tomó dos vasos de agua de jamaica, se reprendió a sí mismo por haber dejado la jarra fuera del refrigerador, y muy cansado se sentó a escribir una crónica igualita a esta. Terminó de redactarla a las 12:53 de la mañana, y al ver que era un poco larga, siete páginas, se preocupó por las mentadas que recibiría de quienes la leyeran. Al concluir dudó de revisarla o no inmediatamente. No sabemos qué hizo porque esta crónica termina con el punto final y no con los subsecuentes recortes, revisiones o meditaciones.
viernes, 13 de junio de 2008
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