No tengo diagnosticada la bipolaridad. Eso no importa. Tal vez clínicamente no la tenga. Tal vez sí. Lo que puedo decir es que, como todos, vivo momentos de apatía, momentos de alegría, de ira, pasión, estrés, risa, momentos de angustia. ¿Cómo pasa uno de un momento a otro? Seguramente eso es lo que diagnostica el psiquiatra.
Lo que sí he notado es que la vulnerabilidad de los malos momentos (estrés, ira, angustia) es mayor cuando no hay sueños.
Y ahora no hay sueños. Y ahora aflora la creatividad. Vivo del conflicto. Expreso más cuando escribo que lo que siento y vivo en esa histeria que me domina en una crisis.
Invencible es la palabra.
Sí.
Soy un monstruo invencible con cara de niño. Mi cara de niño enojado le daba ternura a alguien de mi pasado reciente. No sé si me lo decía para minimizarme o para disuadir mis crisis.
¿Qué sueños me permitirán evitar esos ciclos de apatía depresiva - ira desbordada?
Ya fui un caballero luchando contra los molinos de viento en defensa de mi amada campesina. Pero ya me despedí de mi amada campesina.
Ya fui un conquistador de territorios llevando mi verdad a todos los rincones. Pero en esos rincones están los que no me agradecerán que los libere, que les lleve pan, leche liconsa o un tren de alta velocidad.
¿Qué defender, por qué luchar para no estallar?
Derruidos los ideales racionales y los pasionales sólo queda otro ideal. En medio del conflicto, la creatividad regresa.
¿Quieres ser mi musa?
lunes, 24 de marzo de 2008
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