Soy un escritor desconocido. Tal vez lo sea siempre. Pero soy uno más de millones de escritores desconocidos que entran al mundo virtual y encuentran su identidad pero no la fama.
Soy también un fotógrafo desconocido, ahora que cientos de millones de imágenes se toman todos los días. Quizá hoy en un día se toman todas las fotografías que se tomaron durante el siglo XX. Hay miles de fotos magníficas que se están tomando a cada instante en todos los rincones de la tierra.
He fotografiado mujeres desnudas, he filmado relaciones sexuales, como ahora todos hacen con un teléfono celular o con una cámara portátil. Ya nada es extraordinario.
Aquí quedará mi obra por décadas o millones de años. Moriré siendo un artista ignoto. Quizá en otro momento llegue un crítico ignoto y revise mi obra ignota y dedique ya sea un blog o lo que exista para entonces, a la vida y obra de Roberto Remes Tello de Meneses, pero no tendrá más visitas que las que haya tenido Blue Velvet, Megablógolis o cualquiera otra de mis páginas.
Somos todos desconocidos ahora que somos todos el último hombre o el último humano, plenos, con libertades e igualados, hasta en la nula fama, a través de la blogosfera.
No niego que me gustaría la fama, niego que la tendré porque soy parte del último humano en este reino democrático de los desconocidos.
martes, 20 de mayo de 2008
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