Pago mi entrada de 3 pesos que me da derecho a tres kilómetros de circuito en un parque de Xochimilco. Usualmente hay pocas personas, a diferencia del circuito de un kilómetro, gratuito, del Zoológico de los Coyotes, donde el nivel de congestionamiento impide andar en bicicleta.
Nunca he sido un gran corredor. Al contrario, pocas veces he logrado correr 5 kilómetros, mientras hay quienes diario sobrepasan los 10. Me resulta lo más aburrido del mundo.
En bicicleta las cosas cambian, pero no deja de parecerme aburrido, sólo que por la velocidad tengo una mejor sensación. La velocidad ayuda.
Pese a que el circuito es plano, los ligeros cambios de pendiente se sienten mucho más en la bicicleta. Estar entre dos canales, Nacional y Chalco, deja claramente la sensación de las pendientes. Aproximarme a los canales es más fácil que alejarme de ellos.
Al cabo de 5 vueltas pierdo la cuenta. Cuando mi fuerza se está acabando pienso en cosas que me den coraje y las arrojo a mi tanque de combustible interior. En momentos de ilusión, en vez de quemar odios, persigo zanahorias.
Quiero bajar triglicéridos. Quiero incrementar resistencia. Quiero olvidar. Me pongo el casco, subo en la bicicleta, pedaleo dos kilómetros y estoy en el circuito. Al final termino con un gran cansancio. A veces son más de 20 kilómetros. Las siestas se vuelven prolongadas y las disfruto.
miércoles, 9 de julio de 2008
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1 comentario:
Piensas en perseguir zanahorias
teniendeo a la mano cosas deliciosas
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