viernes, 11 de julio de 2008

Intolerante al ruido

La computadora está haciendo el sumbido propio del ventilador del procesador. Este ruido no me molesta tanto, aunque tenía una computadora mucho más ruidosa. En época de calor su ventilación no paraba nunca, y comenzaba a alentarse cuando más calor hacía.
Mi recámara es ruidosa. Junto a ella pasan constantemente los vehículos de todas las colonias de alrededor. Pese a ser una calle pequeña, punto de llegada o de salida de al menos tres colonias. El ruido de las mañanas es el más pesado.
Cuando viajo me hago acompañar de tapones industriales para los oídos. Son una maravilla. En viajes aéreos de varias horas me los suelo poner, también los considero por si el hotel es ruidoso. Recuerdo hoteles muy ruidosos en los que no he descansado. Alguna vez en el centro de Aguascalientes me quedé en uno que estaba a la salida de un túnel. Era demasiado ruido para mí. Otra vez en Londres estaba junto a las vías del metro, en un tramo en el que pasaban varias líneas por cuatro vías, por lo que toda la noche había movimiento.
En el trabajo no me puedo concentrar ya sea por los tacones de una compañera, o ya mas noche, por el ruido del ventilador. Cuando se han ido casi todos, de pronto se apaga el aire y la concentración aflora.
El ruido me hace estallar. El silencio me relaja.
Esta es mi intolerancia al ruido.
Ah, pero en el coche no me molesten. Subo el volumen de la música y me aíslo del mundo. En casa no lo hago tanto.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

a mí me pasa lo mismo que a tí y lo paso mal porque los demás no lo comprenden... siempre he arrancado de los ruidos

odio el tic tac del reloj, o el sonido de motor del refrigerador, o el teclado cuando otros los usan (porque escriben con un dedo y yo ocupo los 10, soy secretaria), el ruido del ventilador del PC

Ufff

Roxana
Chile

Anónimo dijo...

Yo amo el silencio y te entiendo perfectamente, solo difiero un poco de ti en que a mi me molestan más los ruidos intencionales, por ejemplo, de vecinos que hacen sus fiestas como para que la ciudad entera se de cuenta. Yo vivi en una de las principales avenidas de mi ciudad y el paso de tanto vehículo lo sentía normal, después de todo en la noche la calma regresaba. Hay algo que me han recomendado: la aceptación, apenas lo voy a poner en práctica. Pero te entiendo a la perfección. Saludos

Roberto Remes Tello de Meneses dijo...

Sí, los sonideros o las fiestas con bocinotas son terribles ... o las pláticas de los vigilantes de los edificios de alrededor los domingos a las 7 de la mañana, de edificio a edificio se empiezan a gritar sus amenas charlas.

Anónimo dijo...

Yo estoy pasando por unos momentos muy pesados pero que no me dejan quitar la vista de un punto de luz. Durante muchos años huí de sitios y vecinos escandalosos, y eso abunda mucho donde hay raza populachera o el extremo, los juniors hijos de papi que todo lo puede. Pues bien, en mi afán de encontrar un sitio tranquilo caí en las garras de una fraccionadora que me puso en la mesa la gran tranquilidad del fraccionamiento...maldición amigo, nunca me advirtieron que atrás hay un balneario, una alberca con sus áreas para borracheras, a donde acude lo más florido de la raza, en donde de las 8am a las 8pm el volumen del aparato deja que fluyan las notas de la música más naca que te puedes imaginar. Ya voy a ver que puedo hacer legalmente contra la constructora. Que esto te sirva un poco de consuelo, los cuchicheos de los guardias o incluso algún "ounchis punchis" son casi silencio a comparación de la cloaca a la que fui a dar...y yo solo buscaba quietud.

Roberto Remes Tello de Meneses dijo...

Mucha suerte ... seguramente aplica aquella frase de que nunca estaremos tan mal que no podamos estar peor. Habría que ver si el balneario tiene autorizada la actividad, más que verlo con la constructora.

Admin dijo...

Caramba, yo pense que estaba mal yo, no tolero los ruidos, el vecino con su estereo, su perro en la azotea ladrando toda la noche, el paso de los vehiculos ruidosos.
Amo el silencio. Desafortunadamente como algun amigo menciona, esto sucede entre la crema y nata de la sociedad. La raza no duda en que el vecino debe escuchar lo que ellos escuchan.
:( hasta hoy a mis 30 he vivido en 4 casas, las 4 rodeadas de esto. Hoy uso tapones de oido, salen algo caros, pero lo valen. Espero un dia encontrar esa paz que no es capricho desearla, es nuestro gusto.

Roberto Remes Tello de Meneses dijo...

Esta discusión ya se parece a mi otro blog (megablógolis), así que terminaré con una propuesta: hacer ruido sobre el ruido, necesitamos reducir el ruido de nuestras vidas, crear una cultura de respeto a los demás, y sobre todo sancionar los ruidos excesivos como ocurre en otras latitudes; colocar barreras contra el ruido junto a las grandes vialidades, cultivar el hábito de escuchar a los demás. Hagamos de nuestro silencio un gran escándalo.