viernes, 25 de julio de 2008

Eructo bendito

En este momento no podría conquistarte
y sin embargo lo intento.

Algo no se ha digerido bien
y estoy repitiéndolo.
De mi boca sale aire con no muy buen olor.
Son ideas fermentadas.
Han pasado demasiado tiempo
en los intestinos neuronales.
Se han podrido en mi cabeza.
Me quitan espacio para las ideas frescas.
Se han pegado en las paredes de mis sesos
no las rancias ideas,
sino los inclementes rencores,
los reproches internos,
los hubiera,
y las divertículas vergüenzas.

Y sin embargo estoy hablándote al oído,
con este eructo bendito,
estas mañas aprendidas
y estos piropos reciclados.

Estoy besando tu cuerpo,
con esta boca infestada
de memorias dolorosas,
de ácidos recuerdos,
de escatológicos amores
que no he podido defecar.

Sin tiempo para drenar mi mente
y con temor de que te me vayas de las manos,
retengo las ideas flatulentas,
te hablo de lado y te digo:

Sabe que estoy contigo por siempre.

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