A penas voy a cumplir diez meses en esta cárcel y creo que ya no soporto un día más. No me siento con valor para hacer nada contra mí mismo, y sin embargo, si me preguntaras si preferiría morir o estar otro tiempo igual en esta situación, yo te respondería, sin dudarlo, que prefiero morir. Te lo digo y me sorprendo de lo fácil que es decir y lo difícil que es actuar. Ya me puedes poner una pistola, un veneno o una cuerda y verás que no me disparo, ni me enveneno ni me ahorco. En cambio sí te pediría que soltaras la cuerda que sostiene esa gran navaja de la guillotina que imagino.
Me siento tan vacío, tan preso en esta prisión, tan ahogado en esta asfixia, que cada paso hacia delante cuesta más trabajo que el anterior pues sé que no va hacia ningún lado, como no ha ido hacia ningún lado ninguno de mis pasos anteriores. He caído aquí en esta celda sin siquiera saber qué hice, no sé si soy inocente o soy culpable, ni siquiera me siento en un juicio kafkiano en el que no sé de qué se me acusa, sólo sé que no encuentro el mañana ni si algún día saldré de aquí.
Esto que te escribo no significa nada fuera de mi cárcel, ya lo podría haber imaginado y escrito desde el otro lado de las rejas, pero lo tuve que pensar dentro, dentro de mi agonía, de mi espera de la espera. Más fácil habría sido traicionar a mi patria, asesinar sin remordimientos, que esperar la muerte que no llega. Más fácil habría sido hacer lo necesario para merecer la pena de muerte en vida, que esperar sin merecer la pena de vida sin vida.
Estoy en uno de esos sitios en los que nada pasa, a pesar de que ayer un preso amaneció casi muerto porque le habían enterrado un picahielos, a pesar de que todos los días hay golpes, y a pesar de que siempre les quitan la comida a los presos más débiles, a los nuevos y a los que no pagan su cuota. Todos los días puede haber noticias, pero éstas son tan iguales a las demás, que la noticia sería la paz que nadie espera. Ni mi muerte sería noticia. Tampoco mi libertad. No tengo ni la una ni la otra. Cuándo, cuándo, cuándo.
miércoles, 16 de abril de 2008
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